lunes, 29 de marzo de 2010

"Los poetas de la zurda"


EL ONCE IDEAL


NO HAY ZURDO MALO. Por algo se dice que los zurdos son personas más inteligentes y crativas que los demás. A través de los años han aparecido jugadores brillantes. Todos en distinta época y con distinta suerte. Pero todos con un mismo privilegio. Una zurda coqueta. Capaz de hacer y deshacer jugadas. De llevar a títulos mundiales y de driblar cuanto oponente se oponga a su destino. Desde Maradona hasta Messi. De Cueto a Rivaldo. DeRoberto Carlos a Juan Manuel Vargas. Así, a lo largo de los años, siempre seguirán apareciendo nuevos talentosos. Que dejarán al aficionado futbolero rendido ante sus pies. Ante su zurda.

LA CONVOCATORIA. Por ello, decidí convocar los mejores jugadores zurdos nacionales e internacionales que jueguen en el torneo Decentralizado 2010 y formar la selección. Porque cumpliendo con la objetividad de la frase "no hay zurdo malo" este debería ser el equipo ideal.
Aquel que venza con facilidad a todos sus rivales. Jugando bonito, con toque y precisión. Característica propia de un dominante izquierdo. De esta forma, el "jogo bonito" haría del fútbol nacional un espectáculo resultadista.


LOS ELEGIDOS. En el arco. Ha demostrado que en los últimos dos años es el mejor portero nacional. Con actuaciones "espectaculares" como la de aquel definición por el título ante Alianza Lima en el 2009. RAÚL FERNÁNDEZ es el elegido para cuidar los tres palos del "dream team" zurdo. Su seguridad y elasticidad lo llevan a ser el principal protagonista del arco. Con él en portería, es difícil pensar que será pan comido marcarle algún gol.

En la defensa. La banda izquierda tiene nombre propio. Desde que el "Chino" Rivera le dio continuidad no ha dejado el puesto a nadie. GUILLERMO GUIZASOLA. Su potencia para el desborde y generar jugadas de ataque es indiscutible. Además, defiende y entiende bien el juego.
Por derecha. Sus pocas pero buenas actuaciones con Sporting Cristal lo pintan como ídolo. Con gambeta y buena técnica. YOSHIMAR YOTÚN. Un jugador hábil, correteador y de muy buena pegada. Se ganó el puesto a punta de esfuerzo.
En la zaga central la decisión fue un poco más ajustada. Pese a que no viene jugando como titular en Alianza. WALTER VÍLCHEZ es uno de los elegidos para cubrir esa posición. Por su experiencia y fuerza a la hora del choque pienso que es el indicado para cubrir la zona. Aquí puede haber algo de discusión. Pero ante la falta de centrales zurdos el más indicado para acompañar a Vílchez es LEE ANDONAYRE. Desde que Vallejo volvió a primera división ha demostrado por qué es el titular indiscutible del equipo. Trabajando en silencio pero cumpliendo con lo que le toca.

En la volante. Por su experiencia y lo que mete en cada pelota que disputa es infaltable en un sector del campo que se debe poner pierna dura. MARIO GÓMEZ. Además su buena visión de juego lo hace también un buen pasador. A su lado, uno que de a pocos se ha ganado el titularato en el equipo que dirige Juan Reynoso. ANTONIO GONZALES. Un cazador. Un "perro" de marca que persigue y hostiga al rival durante los 90 minutos de juego. Su temperamento y buen estado físico lo convierten en el indicado para mandar en esa volante.
Dejando en la creación a dos distintos. Que ven el fútbol de otra manera. Que ven el fútbol con ojos distintos. Que hacen parecer todo fácil. JOHNNIER MONTAÑO Y MAYER CANDELO. Una dupla 100% de pura fantasía. Fina.

En el ataque. Por sus goles y lo que viene haciéndo en la San Martín es indiscutioble su presencia en el ataque. HEBERT ARRIOLA. Un delantero que llegó sin mucha publicidad, algo lento, pero con contundencia. En el mano a mano no perdona. Por algo es el goleador del torneo peruano. A su lado, uno que por su trayectoria no podía faltar. Demostró ser el mejor delantero el año pasado con Melgar y este año con Juan Aurich no ha tenido suficientes oportunidades, YSRAEL ZÚÑIGA. Su capacidad goleadora nadie la discute. Es un delantero que no da por perdida una pelota y que lucha hasta el último minuto con el objetivo de anotar.

Estos son los once jugadores convocados que forman el once ideal "zurdo". Discrepancias y demás generará. Lo que habría que comprobar es si este equipo daría qué hablar en el torneo. Por mientras, le dejo a usted la tarea de ponerle nombre y empezar a debatir acerca de la idea.

martes, 23 de marzo de 2010

Libertad 1 - 1 Universitario

Siempre quiero verte así. Poniendo el pecho ante los retos, defendiendo la camiseta crema con garra y nunca tirando la toalla antes de tiempo. Déjame sentir que te llevo en el pecho, que grito tus goles con el corazón y abrazo tu alegría con mi espíritu. Con fe. Así te quiero ver siempre Universitario. Sacando cara por el Perú y manifestando tu gloria con buenos resultados. Cuando todo se venía abajo por un error infantil de Raúl Fernández, ahí apareciste tú. Como siempre. Con garra. Con paciencia. Con poca contundencia pero con espíritu de lucha. De no dar ni un balón por perdido. Con la esperanza que siempre se puede hacer algo más. Así a los 85 minutos, “cachito” Ramírez marca el justo empate. Y necesario para seguir soñando con una clasificación a la segunda ronda de la Copa Libertadores.

SIN EMOCIONES. Un primer tiempo para el olvido. Que el Defensores del Chaco no merecía ser testigo. Y ante un público que se olvidó de alentar a su equipo y no llevó más de cinco mil personas. Tanto Libertad como la “U” no dibujaron mayores jugadas de riesgo, dejando así un bosquejo pobre. Sin claridad. Carente de velocidad. Los paraguayos, fieles a su estilo con mucho toque sin profundidad, solo asustaron el arco ‘merengue’ con un remate fuerte que Fernández voló para enviar al córner. De ahí en más, La “U” manejaba el balón con propiedad, sin desesperarse y con mucha paciencia. En frente, Un Libertad que no se liberaba de su falta de precisión con el balón, encerrado en su propio juego, nunca asustó.

DOS ERRORES, DOS GOLES. Para la segunda parte, Libertad se liberó de la imprecisión que lo mantenía encerrado en su propia ineficacia y adelantó sus líneas. Obligó a Universitario a replegarse y por ahí buscar una contra que lo saque del apuro. Así fue como a los diez minutos de comenzado el segundo tiempo, Ayala remata fuerte a portería y Raúl Fernández que falla. 1-0 para los ‘gumarelos’ y la “U” obligado a recomponer su sistema defensivo para convertirlo en un ataque incesante. Pero no fue así. Con más garra que fútbol, los cremas buscaron con pelota parada y muchos centros al área sin receptores. Píriz a la cancha junto a Vásquez y Orejuela. La “U” apelando a su temperamento con poca claridad. Terco. Pero sin dar por perdido el encuentro. Así es como llegaría la jugada del empate. Vásquez que sirve hacia la posición de Píriz que toca en primera hacia Ramírez que en su intento por ceder a Orejuela, el defensa toca el balón y se lo deja como en bandeja de plata. Remate cruzado con efecto por debajo y a cobrar. 1-1 que le sirve a los dirigidos por Reynoso para seguir sumando y lo más importante mantener el invicto en la Copa. Ahora viene Blooming de local. La victoria no se puede escapar. Como sea. Con garra y poco fútbol, uno a cero o cinco a cero. Ganar es ganar y la “U” debe demostrar que sus colores siguen vivos en la Libertadores en una sola frase que el hincha crema deberá seguir gritando hasta el final. ¡Y DALE U!

miércoles, 17 de marzo de 2010

Juan Aurich 4- 2 Alianza Lima

Viento fuerte. El necesario para ser un ciclón. Con él arrastra sentimientos, gritos, jugadas, goles. Corona su envestida con chances de gloria. Con once que se resumen en tres nombres. Un habilidoso que se cansó de hacer bailar el balón sobre la pista de juego. Otro que va para adelante esquivando adversidades por doquier. Y un definidor que si perdona es compasivo. Manco, Ascoy y Tejada. Los tres mosqueteros del norte encendieron la flama del triunfo ante Alianza, le dieron esperanza al pueblo chiclayano y se metieron en la pelea por lograr su pase a la segunda fase de la Copa Libertadores.

UNO NO ES NINGUNO. Pitazo inicial dado por el árbitro brasileño Simon. La pelota rueda sobre el plástico del Elías Aguirre. Aurich sale con todo en busca del gol tranquilizador y Alianza a esperar el error del rival. El ciclón no termina de pararse en el campo y Wilmer Aguirre aprovechando el grueso error de la defensa chiclayana levanta la cabeza, mete el centro hacia atrás y Joel Sánchez dice que no por gusto son la sensación de América. 3 minutos del primer tiempo. 1-0 gana Alianza. Aquel gol levantó el polvo y convirtió el suave viento en un verdadero ciclón. El balón pasa por los pies de Ciciliano, lo acaricia hacia Manco y este que saca del sombrero una regla, mide milimétricamente la distancia y sede hacia Roberto Guizasola, quien a la velocidad de la luz entra al área, amaga a Solís, -confirmando su apelativo de “duro”- tres deditos y a cobrar. 24 minutos. 1-1, Aurich no estaba muerto, estaba de parranda. Idas y vueltas, disparos errados e intentos huérfanos. Hasta que apareció él. El que no podía faltar en una noche rojiza, con faena y potencia. Tiro de esquina cobrado por “Zizou” Ciciliano, al corazón del área y “King Kong” Tejada de fuerte cabezazo dice que él es el goleador de la Copa y que venga Estudiantes. 43 minutos. Chiclayo es una fiesta. Aurich le ha volteado el partido al “invencible” Alianza. Pitazo y al descanso.

GOLAZO Y A SOÑAR. Con un Alianza mentalizado en lograr el empate, de no perder el invicto y embarrar la gloriosa campaña que ha cumplido, comienza la segunda mitad. Un Aurich apagado, distinto al del inicio, espera en su campo como para matar al rival con un as bajo la manga. La velocidad de su ataque. Con Guizasola y Manco por derecha, y Ascoy por izquierda. Arriba un monstruo, Tejada. Así llegaría el tercero del ciclón. Lápiz y papel para tomar nota de cómo se debe generar un contragolpe. Pica Ascoy ante un largo pase, sede al medio a Ciciliano y este sin mirar y como de memoria sirve a Manco, quien remata cruzado y a cobrar. El grito de un “Rei” sentimental, que no se guarda nada, con bronca y euforia. 58 minutos. 3-1 gana Aurich. Montaño salta al campo. Lo mismo que Ovelar. Costas apuesta todo hacia el empate y casi lo consigue. Cabezazo de Ovelar luego de un tiro de esquina y el balón roza las redes. Se escucha un grito “victoriano”. Ese grito casi escapa de Matute, aterriza en Chiclayo y revienta las graderías del Elías Aguirre. Jugadón de Montaño que alude rivales sin pedir permiso, remata fuerte y Morales que con la uña pone calma. Arremetidas y manejo de balón de Alianza pero el más burro, sin un pelo de tonto, se encargó se colocarle la cereza al juego. Media cancha. Ascoy coge la redonda, la pisa, se la muestra a Prado, pica, se saca a uno, dos, tres, se mete en el área, levanta la cabeza y pone el balón en la esquina superior del pórtico. GO-LA-ZO. Como para ponerle sello y nombre propio. Para grabarlo, mandarlo a Europa y jugar en el Chelsea.

Ahora queda nada más que no pestañear. Salir a matar y vencer todo obstáculo que se presente en el camino. Para Aurich el camino está lleno de piedras, pero puede lograrlo jugando a lo que sabe. Apelando a su ofensiva. Imperdonable. En cambio, Alianza le sobra un triunfo ante Bolívar en Matute y adentro. Que no sea un simple paseo, sino un viaje sin retorno.

Físico vs. Técnica

Hoy por hoy el fútbol cambió. Es distinto. Se corre más de lo que se juega. Hay personas que piensan que un buen jugador nace con una técnica envidiable. Otros, sin embargo, piensan que un futbolista que tiene buen resto físico es quien marca la diferencia entre los demás. Lo cierto es que hoy en día-y a buena hora- en el Perú entendimos que el fútbol lo juegan once contra once y no uno contra once. Tal es el caso, por ejemplo, de Johnnier Montaño. Nadie duda que es un grandioso futbolista, distinto, encarador, de buena pegada, de mucha técnica, pero que ante otro jugador que, de repente no posee las mismas habilidades pero que si se entrega al máximo, corre, mete, marca y genera con la pelota durante los 90 minutos del partido, entonces , sus virtudes se ven mermadas. ¿Qué prefiere un técnico? La respuesta es variada. Para unos tener un jugador distinto dentro de un plantel es vital para el funcionamiento del equipo. Para otros, el trabajo en equipo acompañado de una buena preparación física es la clave del éxito. Pero, ¿Por qué no unir ambas condiciones? Siguiendo en el caso de Johnnier Montaño, ¿Acaso no puede correr, meter y mostrar su fútbol pícaro a la vez? El físico y la técnica no son enemigos hasta lo que yo sé. El ejemplo más claro para firmar esta premisa es el juego que viene practicando Universitario desde que Juan Reynoso tomó la dirección técnica del club merengue. Ni bien llegó observó, clasificó y botó lo que-para él- no encajaba dentro de su perspectiva. Así, entre dimes y diretes de toda la hinchada crema, Juan Reynoso tomó la decisión de excluir de sus planes a jugadores que habían sido las piezas claves para el campeonato apertura 2008 de la “U”. Mayer Candelo y Donny Neyra. En lugar de ellos trajo dos jugadores- Rodolfo Espinoza y Renzo Revoredo- que, sin tener la misma capacidad técnica de ambos, fueron indispensables en el título nacional que consiguió la “U” en el 2009. Con el transcurrir de los partidos ya nadie hablaba de Candelo y mucho menos de Neyra. La “U” era un conjunto de trabajadores que presionaban, hostigaban, metían y además generaban fútbol. A más de uno nunca le terminó de gustar el juego que proponía Reynoso porque lo consideraba aburrido, poco vistoso y, además, poco contundente. Lo cierto es que el buen papel que vienen teniendo los clubes peruanos -léase Juan Aurich, Universitario y Alianza Lima- en la Copa Libertadores 2010 se debe a la gran labor física que desarrollaron durante su pretemporada. Esto sumado a la idea de tres buenos técnicos que aspiran a que sus equipos copien lo que hacen los grandes clubes profesionales en el mundo. La técnica es la magia de parar un balón, levantarla, el toque fino, manejar ambos pies por igual, el cabezazo frontal, al piso, esquinado, bajarla de pecho, poner la pelota al suelo, tocar sutilmente, armar paredes, hacer acariciar las redes con el balón. El físico es, en cambio, indispensable para que toda la técnica que posee un jugador no se pierda en veinte minutos de juego. Para que no solo anote un gol sino dos o tres. Ponga cuatro o cinco pases de gol. Ser una estrella. Dar la talla y luchar hasta los noventa minutos por igual. Un futbolista que posea ambas cualidades desarrolladas al máximo es un jugador cuajado. De otro nivel. Un futbolista moderno. Del siglo XXI.